28 de mayo de 2008

"Guardame siempre un lugar ..."


El olor a Río de la Plata es el pasaje para cruzar a una tarde de sol en la Ramírez.
Se proyectan imágenes de una ciudad, enfrente, más chiquita y melancólica, con playas, abrazada a un termo y con las manos desparramando azúcar de churros.
Lunas como faroles iluminan manos, que chocan rítmicamente con los parches templados.
Ta-Ta-Ta-Tatá.
Voces de murguistas desde el Parque Rodó, ásperas de medio y medio y nostalgias.
La feria… Tristán Narvaja regala más olores, y más voces, que suenan familiares sin serlo.
Y familiares, que son, suenan y esperan con tortas fritas.


MONTEVIDEO

Cigarrillo.

La otra mano en el bolsillo.

Apretando la solapa de mi saco

voy cuidando

mi garganta se hace daño

Al cruzar la bocacalle cogoteando

voy buscando divisar

allá en el fondo de la calle aquellos barcos

que dejé el año pasado donde el río se hace mar

como gran telón eterno, escenario para un pueblo.

Y en la esquina algún lamento de Cabrera

como un viento

me despeina el corazón y la conciencia

y voy viendo en la vereda dibujadas, inconclusas

melodías de Mateo.

Qué lindo es Montevideo.

Calentándome las manos con mi aliento

me convenzo que el acento de mi viejo

no es capricho, es más que eso.

Es seguir perteneciendo,

formar parte de este pueblo

como tantos uruguayos que se fueron

Una murga que te vuela la peluca

y en el aire rebotando en las paredes

mezcladito con el viento

el sonido del abuelo, queja de madera y cuero

y a juntar algunos mangos para el próximo febrero

Cigarrillo

la otra mano en el bolsillo,

y en la ronda con amigos, sea mate o sea vino

voy guardando esos momentos que me da Montevideo



Pablo Echaniz